Las comunidades indígenas irulas habitan en el Estado de Tamil
Nadú, en el sur de la península del Decán (India), y también en la
isla de Sri Lanka.
Según las estimaciones oficiales, solo en Tamil Nadú sobreviven
más de 150.000 irulas. Son de baja estatura, piel muy oscura, nariz
achatada y pelo negro rizado y poco abundante.
En la actualidad, la vida de estos aborígenes resulta sumamente
difícil debido, más que a las condiciones ambientales, a su status
social, pues son considerados «inferiores» por el gobierno y por la
mayoría de la población.
Un ejemplo de adaptación al medio
Los irulas son seminómadas. En el pasado, habitaban en los bosques
del sur de la India, donde se dedicaban a cazar ratas y serpientes
y a vender miel, cera o leña a otras comunidades.
En 1976 el gobierno indio declaró ilegal su medio de vida. Desde
entonces algunos indígenas irulas sobreviven trabajando las tierras
de los ricos terratenientes en condiciones casi de semiesclavitud.
Otros se dedican a la pesca en canales y aguas interiores, donde
también recolectan lombrices que venden a los criaderos de gambas.
El trabajo es difícil y laborioso: en un día normal pueden llegar
a capturar un kilo de lombrices, por el que solo reciben unas 200
rupias, algo más de 3 euros y medio.
Los irulas, que pertenecen a la población india autóctona y hablan
dravídico, han sido incluidos por el gobierno indio dentro de las
«comunidades tribales catalogadas», lo que, en teoría, les facilita
el acceso a una serie de recursos: educación, sanidad, diferentes
tipos de ayuda, títulos de propiedad de sus tierras…
Sin embargo, en la práctica no reciben ningún tipo de ayuda ni tienen
acceso a ningún servicio. El resultado es que viven en una situación
de extrema pobreza y que son analfabetos.
No poseen documentos que acrediten su identidad ni cartillas de
racionamiento que les permitan acceder a los bienes básicos subsidiados
por el gobierno de la India para las personas que viven
por debajo del umbral de la pobreza, y lo peor de todo es que se
les considera «inferiores».
Los indígenas irulas, marginados
El 26 de diciembre de 2004, un terremoto en las cercanías de la
isla de Sumatra (Indonesia) provocó una serie de olas gigantescas,
denominadas tsunamis, que asolaron las costas de diez países, y
que dejaron más de 220.000 víctimas mortales y seis millones de
damnificados.
El tsunami alcanzó la costa sureste de la India. En algunas zonas
de Tamil Nadú, el Estado más afectado por la catástrofe, llegó hasta
un kilómetro tierra adentro, inundando numerosas áreas. Murieron
más de 10.000 personas.
Esta catástrofe agravó la situación de exclusión y marginalidad de
los irulas. En los campos de desplazados levantados para alojar y
atender a las personas que habían perdido su hogar y sus tierras,
las familias irulas fueron marginadas por considerar que eran «inferiores
» y también que no habían sido afectadas «directamente»
por el tsunami porque sus pérdidas no fueron «comparables» a las
de los pescadores. Seis meses después de la catástrofe no habían
recibido aún la asistencia necesaria y ni tan siquiera tenían las cartillas
de racionamiento que les hubieran permitido acceder a los
bienes básicos distribuidos por el Gobierno; tenían que sobrevivir
escarbando entre la basura.
Fueron las organizaciones humanitarias, y en concreto Ayuda en
Acción, a través de ActionAid India, las que se ocuparon de esta
comunidad indígena.
En colaboración con la ITWWS (Irulas Tribal Women Welfare Society),
ActionAid proporcionó alimentos, ropa, tiendas de campaña,
utensilios, etc., y asistencia médica a las familias de irulas.
También ayudó a construir refugios en unos terrenos comprados y
cedidos en propiedad a estas familias en Nemelli, cerca del mar
y de los canales de los que dependen para sobrevivir.
Pero, además, estas organizaciones han desarrollado un plan a
largo plazo en materia de educación, sanidad, vivienda, etc. El objetivo
es que todos los irulas afectados por el tsunami recuperen
sus medios de vida. Para ello, se les han facilitado, de momento,
nuevos aparejos, pequeñas redes de pesca y bicicletas. Porque
cuando no hay lluvias y el nivel de las aguas desciende, los irulas
se ven obligados a desplazarse más lejos para pescar.
El trabajo de las organizaciones humanitarias hará que esta sea la
primera generación de irulas que vaya a la escuela.
Las catástrofes naturales agravan más la vida de los irulas.
1. Relaciona las personas con su medio físico.
• ¿Crees que los irulas representan un
ejemplo de adaptación a condiciones
ambientales difíciles? Explica por qué.
• ¿Qué factores han motivado el
deterioro de su modo de vida
tradicional en las últimas décadas?
2. Analiza su forma de vida.
• Di cómo influirá, a tu juicio, el acceso
de los irulas a la educación en su
modo de vida tradicional: ¿crees que
contribuirá a su conservación
o que, por el contrario, favorecerá su
desaparición? Justifica tu respuesta.
• ¿Crees que la marginación a la que
están sometidos los irulas por
el gobierno indio afecta a su forma
de vida? Razona tu respuesta.
3. Busca información.
• Entra en la siguiente dirección:
http://www.mapahumano.fiestras.com
indígenas irulas y otras comunidades
afectadas por el tsunami en la India.
Averigua cuál ha sido la actuación
del gobierno en cada caso.
4. Busca fotografías y vídeos relacionados con este pueblo en internet.
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