Vicent Canet Martínez
Fuente:
http://www.agroterra.com/profesionales/articulos.asp?Idarticulo=245
A finales del 2001 el parlamento catalán aprobaba la ley de orientación agraria producto del análisis del sector realizado por el libro blanco promovido por la DARP (Departament de Agricultura, Ramaderia i Pesca) dependiente de la Generalitat de Catalunya. Esta ley pretendía ser el marco en el cual se desarrollarán las iniciativas legislativas y los planes de actuación necesarios para adaptar a la agricultura catalana a las nuevas necesidades económicas, ecológicas y del consumidor.
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Destacan en la ley los siguientes valores: la calidad y la seguridad alimentaria, la sostenibilidad, la multifuncionalidad y la importancia del sector agroalimentario en la economía catalana. "Fue una de nuestras reivindicaciones principales, nos parecía necesario llegar a tener esta ley. Se ha avanzado, en algunos puntos nos gustaría haber avanzado un poco más, pero estamos bastante satisfechos en general" valora así la ley de orientación agraria aprobada por el Parlament, Francesc Pasqual presidente de JARC. Según datos de la DARP publicados ene le estudio La industria agroalimentaria en Cataluña 1999, los ingresos del sector ascendieron a 2,47 billones de pesetas en el 1999, con un crecimiento del 3,6% respecto al año anterior. La agroalimentación aporta el 16% de lo que factura el total de la industria, y lidera el ránquing de sectores industriales.
La calidad y la seguridad
Desde hace unos años y producto de las crisis alimentarias, y la polémica suscitada por los cultivos transgénicos la agricultura en el ámbito europeo ha apostado por dos valores en alza en el mercado agroalimentario: la seguridad y la calidad alimentaria. Por eso dentro del desarrollo de la ley de orientación agraria, se están tramitando actualmente en el Parlament las leyes de seguridad alimentaria por una parte y la de calidad agroalimentaria por otra. En la última las asociaciones profesionales y las cooperativas han tenido participación.
Todos los representantes del sector agrario (UP, JARC y FCAC) coinciden en afirmar que la calidad es un factor necesario en la agricultura catalana para poder subsistir. Francesc Pasqual incide en esta necesidad: "Nosotros tenemos un gran problema, es que dependemos de unos convenios y unos tratados internacionales, básicamente a las OCM, el mercado común, y tenemos las cartas marcadas. La única manera que tenemos de ir ganando cuota de mercado y darle un valor añadido a nuestras producciones es incidir en la calidad". Pasqual afirma que la agricultura catalana tiene el valor añadido de tener el mercado al lado de la producción: Barcelona y el área metropolitana. Estas son un área de consumo relativamente acomodada que puede pagar unos precios, y un plus a la calidad del producto. A esta área hay que añadirle la franja litoral que en épocas punta se llenan de gente. Desde el sector turístico se está apostando para que venga un turismo de calidad con más poder adquisitivo, y esto supone una ampliación de mercado natural en determinadas temporadas. "Si vamos a por la cantidad perderemos cuota de mercado porque ya hay otros países que saben y pueden trabajar en este sentido" explica Pasqual. Para el que los elementos de diferenciación de la producción catalana son la calidad y la inmediatez, es decir, la posibilidad de servir el producto lo más fresco posible y el ser constantes en la producción.
Todos los agentes agrarios coinciden en apoyar la ley de calidad y las marcas de calidad. Pero inciden en el confusionismo que puede crear la proliferación de variedad de marcas que puede que no entiende el consumidor. "Al final el consumidor no sabe si nos hacemos la competencia o es que cada uno certifica de manera diferente. Tal como esta planteado el consumidor se confundirá, incluso el productor" comenta Pasqual. Demasiada información lo que hace es desinformar coinciden todos los afectados que piden una homogeneización de las marcas de calidad. Desde la FCAC Anna Toda plantea la necesidad de exigir la misma calidad, seguridad y trazabilidad a las importaciones. De no ser así, explica, "los costes adicionales de éstas pueden dificultar la subsistencia de la agricultura catalana".
Multifuncionalidad
Dentro de las políticas de equilibrio territorial se ha desarrollado el concepto de multifuncionalidad. Este pretende que la agricultura no sólo asuma valores de rentabilidad económica sino que asuma otro valor como es el desarrollo rural. Al modo de ver de los agentes agrarios catalanes, la agricultura crea, determinadas zonas rurales con peligro de despoblación, un arraigo en la tierra que si desapareciesen no existiría. Grandes defensores de esta concepción son los representantes de Unió de Pagesos que en su VIII Asamblea hecha en la comarca de Terra Alta (Tarragona) defendían la necesidad de adaptarse al nuevo escenario económico de la globalización desde un enfoque multifuncional, es decir, superando una visión de estricta rentabilidad comercial. " Ayudamos a arraigar la poblacion agraria para evitar el despoblamiento" explica Joan Cavall.
Sostenibilidad: sistemas de producción integrada y ecológica.
El concepto de sostenibilidad nace de las preocupaciones medioambientales desarrolladas en los últimos treinta años por las sociedades occidentales, tanto como por las normativas europeas, y la preocupación de gobiernos como hasta hace unos meses, el francés, o el alemán con participación de ecologistas en sus gobiernos. Por otra parte en países como Alemania o Dinamarca el peso de la agricultura ecológica es mayor que en Cataluña, llegando al 30% del mercado en Dinamarca. Pero estos son países que tienen sistemas de producción menos intensificados que el catalán. En el sistema mediterráneo se realizan dos o tres cosechas al año. Se tiene que ayudar más a la tierra para que pueda ser rentable y productiva. "Aquí se apuesta mucho menos porque en otros sitios tenían que hacer muchos menos esfuerzos. En los países continentales no tenían que cambiar demasiado el sistema productivo. Nos hemos tenido que adaptar más poco a poco", afirma Pasqual. Pero desde los representantes agrarios se considera que el consumidor catalán está desinformado de que los sistemas de producción respetuosos con el medio (integrado y ecológico) van en aumento en Cataluña. Y por tanto no pueden valorarlo como un plus que asegura la calidad y la seguridad. Y sin esta información ni el entendimiento del coste añadido que tienen estos sistemas de producción el consumidor puede no entender que sean relativamente más caros
La producción ecológica tiene un peso muy pequeño en la agricultura catalana, aunque hay sectores donde se está trabajando en este sentido. Es un mercado muy limitado porque no hay una gran demanda por parte del consumidor. En cambio la producción integrada está más desarrollada. Dispone de una propia normativa y consejo regulador (al igual que la ecológica) pero con un desarrollo mayor y un peso más importante en el sector agrario catalán. Muchos agricultores han apostado por ella, abandonando sistemas de producción tradicional donde lo que más importaba era producir cuanta más cantidad mejor, siendo la producción integrada el puente hacia futuros sistemas de producción con referentes ecológicos. Es la gran apuesta de los agricultores catalanes.
Estructura del sector
El sector productivo catalán se ha ido estabilizando y adaptando en base territorial. Ha habido un descenso importante de productores, unos porque se han jubilado otros porque han dejado su producción. Y esto ha propiciado que la superficie de las explotaciones haya tenido un nivel mas optimo para producir. Un territorio como el catalán impide tener los latifundios existentes en otras partes de España o Europa. Lo que llegó a perjudicar mucho a la agricultura catalana delante del proceso de mundialización económica fue el sistema de producción minifundista, como los que tienen en Galicia o el Cantábrico. Pero el productor y el sector en general se han ido adaptando.
El censo agrario correspondiente al año 1999, hecho público por el Instituto Nacional de estadística, pone de manifiesto que la concentración del sector ha supuesto que el número de explotaciones se haya reducido en 33000 (un 41,4%) los últimos diez años, mientras que en el resto del territorio español lo ha hecho en un 21,7%. El número de explotaciones paso de 110.094 en 1989 a 77.178 en 1999. Esta tendencia a la concentración implica un aumento en la superficie por explotación. La extensión de las fincas ha aumentado un 54% en Cataluña, mientras que lo ha hecho en un 20% en el resto de España. Aunque también hay que tener en cuenta que la media de superficie de las explotaciones españolas es de 23,6 hectáreas frente a las 14,7 catalanas. Otro factor que destaca el censo es que está habiendo una progresiva sustitución de la mano de obra familiar por asalariada.
"Hemos creado estructuras más grandes, pero deberíamos asociarnos más para hacer mas trabajo en común y tener el sistema de trabajar y comercializar mucho más en común. Otra cosa es que nos tendríamos que agrupar mucho más. A menudo pecamos de individualismo. Tendríamos que poder ofrecer más producto, mas diverso, y en mas épocas del año" explica Pasqual. La FCAC también apuesta por la concentración del sector para afrontar los retos de una economía cada vez más competitiva. Por eso desde la Federación se impulsan los Planes de concentración y modernización de las cooperativas. Los clientes actualmente sobrepasan la capacidad de una sola cooperativa. Unió también esta de acuerdo con estos planteamientos aunque defiende a regañadientes lo que califican de modelo catalán de producción agraria que se basa en fincas pequeñas y medianas como fuente de autonomía de los profesionales del sector, frente a latifundios o grandes propietarios de otras zonas. Todos destacan la necesidad de que la agricultura catalana disponga de voz propia en los foros de la Unión Europea, y consideran que no se les oye en función del peso que se tiene.
Sectores
Huerta
En huerta, el gran problema es la competencia directa de las zonas más primerizas que la catalana. El sistema productivo en huerta no es tan prematuro como otras zonas de la península, concretamente del sur o del continente de África. Tampoco se puede competir en superficie, porque la principal comarca hortícola, El Maresme, tiene serios problemas para mantener su superficie frente al crecimiento del área metropolitana de Barcelona. Pero el valor añadido que tiene el Maresme es su cercanía con un gran consumidor, Barcelona, al que se le puede dar lo que pide producto fresco, de calidad, e inmediatamente.
Desde el sector también se pide un refuerzo del asesoramiento técnico de las Agrupaciones de Defensa Vegetal (ADV). Por otra parte, los últimos temporales que afectaron a El Maresme tanto a los cultivos de huerta como a los de flor y planta ornamental, que provocaron perdidas en el sector han sido solucionados con ayudas directas y créditos del Instituto Catalán de Crédito Agrario.
Fruta dulce
En este sector se está trabajando mucho en calidad y está recuperando mercados que se habían perdido. El sector de la fruta dulce, básico en la economía leridana, adolece de algunos desequilibrios, como son malas campañas o baja remuneración del producto en los mercados. El sector de la fruta dulce presentó un Plan de Actuación de la Fruta (PAF) pedido por el DARP, diseñado por Catalonia Qualitat, y que cuenta con el consenso de todo el sector de la fruta dulce. Una de las propuestas planteadas por el sector es apostar por la reconversión varietal de los árboles para inyectar competitividad y mejorar las explotaciones familiares agrarias. Es el llamado Plan de Reconversión Varietal que consiste en sustituir las variedades actuales por variedades más interesantes - ya sea a nivel agronómico o comercial- que mejoren la competitividad de las explotaciones. Ahora el plan estratégico está en proceso de negociación con las administraciones.
Flor y planta ornamental
El sector denuncia el incumplimiento de los acuerdos de la Unión Europea con países terceros en el control de las importaciones de estos países que sobrepasan los contingentes pactados. Esta situación afecta la mercado de la flor ya que rebaja sus precios debido a lo que Unió de Pagesos llama ""dumping social"" (costes laborales muy bajos). Desde el sector también se pretende colaborar con las administraciones para conseguir una formación profesional adecuada para la flor y planta ornamental. Los problemas meteorológicos han estropeado la temporada de la primavera, pero el verano ha sido positivo, y se espera una temporada de otoño invierno positiva.
Cítricos
Después de temporadas como la del año pasado bastante negativas, se calcula que el balance este año será positivo. Este año será el primero en el que se utilizará la marca IGP de Terres de l'Ebre para clementina, y aunque se valora positivamente no se espera un aumento de beneficios a corto plazo. El sector de cítricos catalán esta orientado básicamente a la clementina, y espera aumentar en los próximos años el volumen de su producción. Una vez superado el problema de la tristeza y después de varias temporadas con malas condiciones meteorológicas.
Fundació de la Pagesia Catalana.
Fruto del acuerdo entre la Federación de Cooperativas Agrarias de Catalunya (FCAC), la Unió de Pagesos (UP), y Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya(JARC), conjutamente con el Departament de Agricultura Ramaderia y Pesca (DARP) se constituyó a mediados de este año la Fundación de la Pagesia Catalana (Fundación de los Agricultores Catalanes), que tiene como objetivo la creación y gestión de la Casa de la Agricultura en Barcelona. Esta fundación se ocupará de gestionar el fondo común que proviene del proceso de liquidación del patrimonio de las desaparecidas cámaras agrarias locales para la creación de la futura sede social de la FCAC, UP y JARC. La Fundación tiene un patronato que está formado por trece personas: cinc representantes de UP, dos de JARC, tres de la FCAC, dos de la DARP y una de la administración local que ceda el espacio destinado a la sede de la Fundación.
25 años de JARC
Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya (JARC), como tal, nacieron el 23 de junio fruto de la fusión entre tres organizaciones profesionales agrarias que tenían una importante trayectoria y prestigio en el sector. Por esto pese a tener un nombre relativamente nuevo, JARC, cuenta con la experiencia y el trabajo de personas que pertenecen a estas organizaciones agrarias des de la década de los 70.
Este año la asociación JARC ha cumplido este año el 25 aniversario. Pese a establecerse con el actual nombre solo desde el 1997, las asociaciones que la integran (Ramaders i Pagesos, Unió de Sindicats Agraris de Catalunya (USAC) a Lleida i Joves Agricultors de Girona) tienen ya en común una larga trayectoria del último cuarto de siglo. Desde el otoño del 2001 hasta la primavera del 2002 JARC, con Francesc Pasqual en la presidencia, han programado diferentes actos para conmemorar el esfuerzo de esta organización de ámbito catalán, que tiene ya 24 sedes en toda la comunidad acercándose cada vez más a todos los puntos de nuestra geografía.
Esta celebración llega en un momento en el que la organización agraria está realizando un importante esfuerzo de expansión en todo el territorio de Cataluña y que se materializa en la apertura de nuevas sedes. En sólo dos años JARC ha pasado de tener 4 oficinas (Barcelona, Tarragona, Lleida y Girona) a estar presente en 20 puntos más de la comunidad autónoma catalana. Ahora los socios ya pueden acudir a las diferentes sedes que hay en las comarcas de el Alt Empordà, el Bages, Barcelonès, el Berguedà, el Baix Empordà, la Garrotxa, el Gironès, la Cerdanya, la Selva, la Noguera, Osona, el Penedès, el Pla del Estany, el Segrià, el Solsonès, el Tarragonès, el Montsià y el Urgell. Conscientes de la importancia de vertebrar el sector agrícola, ganadero y forestal de Catalunya, JARC ha apostado siempre por sumar esfuerzos. El principal objetivo de JARC es defender los intereses económicos y profesionales de sus afiliados delante de las administraciones- municipales, autonómica, central y europea- y de la sociedad en general.
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