La ONU advierte de las amenazas que acechan el futuro de la pesca mundial
La sobreexplotación de recursos, el cambio climático y la contaminación de los mares ponen en peligro la alimentación de millones de personas en el planeta
23.02.08 -
La sobreexplotación de recursos, el cambio climático o la contaminación amenazan con pasar factura al futuro de la pesca mundial y por ende a la alimentación de millones de personas, alertó la ONU en un informe publicado ayer en Mónaco. Es la primera vez que un estudio, presentado durante una sesión del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), dibuja un panorama bastante negro de los peligros a los que se expone el entorno marino. «Hay demasiados barcos, equipados con demasiadas tecnologías, para pescar muy poco pescado», resume un experto. En el centro de las críticas, está la pesca con red de arrastre, una técnica que altera gravemente los ecosistemas y, en particular, los fondos marinos, según la ONU.
Si bien el informe no cita a ningún Estado en particular, varios expertos apuntaron a cuatro países que practican una sobreexplotación marina: Corea del Sur, que dispone de una flota de pesca considerable, España, cuya actividad está subvencionada y se ejerce más allá de aguas europeas, Japón y Rusia.
«La pesca es actualmente una de las actividades más destructivas del planeta», afirma un experto de la ONU. También es una de las más anárquicas, favorecida por una falta de información, observación y control.
«La ausencia de datos sólidos, de observaciones en los océanos y una mentalidad de 'si no se ve, no cuenta' han provocado sin duda una mayor degradación del entorno marino de lo que se habría permitido» en el continente, indica en el informe Naciones Unidas.
Los cambios climáticos, que alteran la circulación de las grandes corrientes y perturban los mecanismos de «purgación» de los fondos marinos y aceleran la perturbación general.
Muchas variedades de plancton, una de las bases de la cadena alimentaria, están amenazadas, al igual que los arrecifes de coral, donde numerosas especies hallan sus alimentos. La absorción por los océanos de cantidades crecientes de dióxido de carbono (CO2) aumenta además el nivel de acidez e inhibe por lo tanto la transformación de calcio necesaria para la supervivencia de los moluscos y el plancton calcáreo. Ostras, almejas y mejillones son las especies que corren un mayor peligro.
Impacto acumulativo
El informe señala también que la contaminación marina, de origen terrestre en un 80%, se va acelerando, particularmente en el este asiático y el sureste, donde el crecimiento demográfico acentúa la urbanización costera. La ONU alerta contra el impacto acumulativo de estos fenómenos, de modo que «si las presiones en las zonas de pesca no se reducen, el impacto puede ser catastrófico, llevando a la desaparición o a una fuerte reducción de las reservas de pesca», según el informe.
A diferencia de los países del Norte, millones de personas de los países en vías de desarrollo no tienen elección en su alimentación diaria: «comen pescado», sobre todo en las costas africanas, observa Nick Nuttal, portavoz del PNUMA.
Christian Nelleman, responsable del equipo que ha elaborado el informe, emplaza a una toma de conciencia rápida de los dirigentes políticos antes de que sea demasiado tarde. «Recibimos señales cada vez más alarmantes que denotan cambios dramáticos en los océanos. Es como un gran petrolero al que se le debe obligar a dar media vuelta. El éxito depende de nuestra capacidad de actuar rápido», sentenció.
Si bien el informe no cita a ningún Estado en particular, varios expertos apuntaron a cuatro países que practican una sobreexplotación marina: Corea del Sur, que dispone de una flota de pesca considerable, España, cuya actividad está subvencionada y se ejerce más allá de aguas europeas, Japón y Rusia.
«La pesca es actualmente una de las actividades más destructivas del planeta», afirma un experto de la ONU. También es una de las más anárquicas, favorecida por una falta de información, observación y control.
«La ausencia de datos sólidos, de observaciones en los océanos y una mentalidad de 'si no se ve, no cuenta' han provocado sin duda una mayor degradación del entorno marino de lo que se habría permitido» en el continente, indica en el informe Naciones Unidas.
Los cambios climáticos, que alteran la circulación de las grandes corrientes y perturban los mecanismos de «purgación» de los fondos marinos y aceleran la perturbación general.
Muchas variedades de plancton, una de las bases de la cadena alimentaria, están amenazadas, al igual que los arrecifes de coral, donde numerosas especies hallan sus alimentos. La absorción por los océanos de cantidades crecientes de dióxido de carbono (CO2) aumenta además el nivel de acidez e inhibe por lo tanto la transformación de calcio necesaria para la supervivencia de los moluscos y el plancton calcáreo. Ostras, almejas y mejillones son las especies que corren un mayor peligro.
Impacto acumulativo
El informe señala también que la contaminación marina, de origen terrestre en un 80%, se va acelerando, particularmente en el este asiático y el sureste, donde el crecimiento demográfico acentúa la urbanización costera. La ONU alerta contra el impacto acumulativo de estos fenómenos, de modo que «si las presiones en las zonas de pesca no se reducen, el impacto puede ser catastrófico, llevando a la desaparición o a una fuerte reducción de las reservas de pesca», según el informe.
A diferencia de los países del Norte, millones de personas de los países en vías de desarrollo no tienen elección en su alimentación diaria: «comen pescado», sobre todo en las costas africanas, observa Nick Nuttal, portavoz del PNUMA.
Christian Nelleman, responsable del equipo que ha elaborado el informe, emplaza a una toma de conciencia rápida de los dirigentes políticos antes de que sea demasiado tarde. «Recibimos señales cada vez más alarmantes que denotan cambios dramáticos en los océanos. Es como un gran petrolero al que se le debe obligar a dar media vuelta. El éxito depende de nuestra capacidad de actuar rápido», sentenció.
Fuente:http://actualidad.terra.es/ciencia/articulo/pesca_mundial_peligro_advierten_expertos_2391448.htm
El aumento de la temperatura de los océanos, su contaminación y sobreexplotación ha puesto en peligro la vida marina y la pesca, afirmaron hoy los expertos que participaron en la Conferencia Global de los Océanos, Costas e Islas.
Según el informe presentado durante la conferencia de Hanoi, esos tres problemas son comunes en los 64 ecosistemas marinos estudiados por los especialistas, y las principales causas de que el 75 por ciento de los bancos de pesca hayan desaparecido.
El informe señala que en 16 de las 64 áreas marítimas estudiadas 'la aceleración del calentamiento es dos y cuatro veces mayor a la que estableció de promedio el Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático en 2007'.
Es en los mares del Báltico y de China Meridional, especialmente en sus aguas del norte que bañan la costa de China y la península coreana, donde se ha registrado un mayor aumento de la temperatura durante el último cuarto de siglo, de acuerdo al citado informe.
Durante la conferencia, que concluyó hoy tras cuatro jornadas de sesiones, los expertos se centraron en la identificación de medidas para aminorar los riesgos que corren los ecosistemas marinos.
Recomendaron sobre todo a los países de Asia, en cuyos mares se captura más del 70 por ciento de la producción mundial de pescado, que sigan el ejemplo de otras naciones desarrolladas que imponen cada año periodos de veda para algunas especies marinas.
Durante la última década, los conflictos entre las flotas pesqueras asiáticas han aumentado en número e intensidad debido al declive de los bancos de pesca.
Demasiados barcos para capturar cada vez menos peces y el aventurarse a pescarlos, a menudo más allá de los límites marítimos, supone un problema global que se agrava en Asia, donde se encuentran seis de las naciones del mundo con mayor dependencia de la pesca, un medio de vida para unos cien millones de personas, la mayoría de ellas de los países menos desarrollados.
Al mismo tiempo que se modernizan, las flotas pesqueras asiáticas, y sobre todo las de China, Japón y Corea del Sur, también crecen para responder a la mayor demanda de pescado.
La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estimó que la demanda de pescado en el mercado chino crecerá de aquí al año 2030 un 84 por ciento, y un 60 por ciento en los países de Asia Meridional.
Los pesqueros chinos faenan ilegalmente en aguas de Corea del Sur y de Filipinas, los japoneses hacen lo mismo en los mares rusos, los taiwaneses en Indonesia y los surcoreanos en Japón.
Terra Actualidad - EFE |
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