AGENCIAS - Madrid
La crisis alimentaria mundial no consigue minar el apoyo de Bruselas a los biocarburantes. La comisaria europea de Agricultura, Mariann Fischer Boel, explicó ayer -en el inicio del consejo informal que debatirá la reforma de la Política Agraria Común (PAC), en Maribor (Eslovenia)- que los biocombustibles se están utilizando como "el chivo expiatorio" al que culpar de la subida de los alimentos. Para Fischer, este tipo de combustible no ha provocado en Europa un descenso importante de la producción alimentaria, aunque reconoció que en EE UU el 30% de la cosecha de maíz sí se destina a etanol.
Aun así, la comisaria recordó que su propuesta de revisión de la PAC plantea el final de las ayudas que la Comisión Europea concede a los agricultores que destinan sus cultivos -remola-cha y cereales- a la producción de biocarburantes. Fisher Boel explicó que no hay peligro de desabastecimiento alimentario en la UE, pero instó a los ciudadanos a comprar sólo la comida necesaria para no tirar alimentos, y a no dejarse llevar por ofertas del tipo "tres al precio de dos". La comisaria defendió ayer la posibilidad de destinar el dinero ahorrado a final de año del presupuesto de la PAC -se prevén 2.000 millones de euros menos en ayudas directas- a ayudas a la agricultura de los países pobres. En 2007 se destinó dinero no gastado de la PAC al programa espacial Galileo. La Comisión Europea tiene previsto proponer en julio una revisión del sistema europeo de ayudas para la distribución gratuita de alimentos entre las clases más desfavorecidas. Esta propuesta coincidirá con otra destinada a establecer una prima al reparto gratuito de fruta y verdura en los colegios, como ya ocurre con los lácteos.
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