Crisis energética y educación para la sostenibilidad desde el IRES (el decrecimiento que viene)
8 de mayo de 2008Este es el título del Encuentro de la Red IRES que se celebrará en Granada el 16 y 17 de mayo. La Red IRES está formada por una serie de profesores/as y grupos de todos los niveles: infantil, primaria, secundaria, universidad, adultos, etc. que tienen como referente para su trabajo un Modelo Didáctico Investigativo.
Los antecedentes de nuestra Red hay que buscarlos en el Seminario de Discusión sobre el Proyecto IRES (innovación y renovación escolar), que arrancó en 1992 y que en su novena convocatoria decidió organizarse como Red valiéndose de Internet.
Desde el Encuentro de 2004, el tema de la crisis energética ha estado presente en todos los encuentros, y fruto de esa preocupación son una serie de artículos de algunos de sus miembros en revistas o en comunicaciones para congresos, abordando el problema de su tratamiento didáctico en las escuelas, institutos y universidades:
“La sostenibilidad desde una nueva y urgente perspectiva. Reflexiones acerca de la Década de la Educación para la Sostenibilidad, que Naciones Unidas promueve de 2005 a 2014”
“La sostenibilidad desde la perspectiva del agotamiento de los combustibles fósiles, un problema socio-ambiental relevante”
"Sostenibilidad y zenit de producción petrolífera en un curso de profesores y profesoras"
“Investigando el problema del uso de la energía”
Escritos que no solo tratan de didáctica en relación con la crisis energética, sino también de los problemas de fondo que la están provocando, como por ejemplo:
“El fin del petróleo barato”
“Biocombustibles: Mito o realidad”
"Decrecimiento como el camino hacia la sostenibilidad"
"La tasa de retorno energético: hacia un mundo de renovables en el contexto del cenit de producción de petróleo"
De momento, estas son algunas de las comunicaciones que se han presentado para su discusión en el actual Encuentro de Granada:
“Preparando recetas en clase de valenciano para afrontar el zenit del petróleo”, “Experiencia educativa en torno a la crisis del petróleo en un aula de diversificación curricular”, “El cambio climático y la crisis del petróleo: Experiencia de trabajo en el aula en 4º de ESO”, "La energía que nos mueve: experiencias con energías renovables", y varias más.
Hay que hacer notar que algunas de estas comunicaciones también se van a presentar del 12 al 20 de julio en el "V Encuetro Iberoamericano de Grupos y Redes de Maestros que Hacen Investigación Desde sus Escuelas", estos encuentros iberoamericanos comenzaron en 1992, en que se aprovecharon los fastos del "V Centenario del Descubrimiento" para conseguir una subvención y traer aquí a profesores iberoamericanos que también utilizaban un Modelo Didáctico Investigativo. Desde entonces se han realizado encuentros en México, Colombia, Brasil y ahora en Venezuela.
Ya en el encuentro de Brasil la Red IRES presentó una comunicación sobre la crisis energética, y en el encuentro actual la expedición que viajará a Venezuela, autodenominada ¡NO TE CALLES!, aporta varias comunicaciones sobre esa temática.
La Red IRES se trata de una de las redes de profesores/as más veteranas, con más de dieciseis años funcionando, y es un referente en el campo de la educación para muchos profesores/as innovadores. La importancia de este Encuentro, y de la temática que aborda, no se le escapa a todos aquellos que son conscientes de que la actual crisis en ciernes, es producto de una determinada organización social, y que la salida a la misma requerirá profundos, y por lo tanto revolucionarios, cambios sociales. Y cuando hablamos de cambios sociales, estamos hablando, también, de educación. Dar pasos en ese sentido es ir haciendo camino en la dirección adecuada.
Crisis petrolera y subversión del sistema capitalista
6 de mayo de 2008El petróleo, durante el siglo XX, ha sido el gran aliado material del capitalismo y, por ende, del sistema de dominación social. En consecuencia, y dado el carácter finito de este recurso, está destinado a convertirse también en su gran punto de debilidad estratégica. Esto constituye en esencia el carácter ambiguo y frágil de la organización económica mundial. No se puede ignorar que pueblos y civilizaciones anteriores agotaron atolondradamente elementos y bienes materiales que hacían posible su forma de existencia.
Los derivados del petróleo han modelado la vida económica de occidente: su mundo material está levantado sobre la movilidad y la mecanización, sobre los materiales de sustitución y las industrias petroquímicas, sobre la especulación del oro negro y el culto del automóvil.
El petróleo ha sido el flujo que ha movilizado la economía occidental durante más de un siglo. Muchas voces se levantan hoy para anunciar que la producción petrolera está cercana a su culmen y que a partir de ahí, el precio del crudo se encarecerá a tal punto que necesariamente asistiremos a una crisis energética, dañándose gravemente el comportamiento económico de todo el planeta. Las consecuencias, de producirse este hecho, serían sin duda grandiosas y espectaculares. Pero lo que nos interesa aquí es dilucidar si la caída más o menos acelerada del régimen petrolero abre una brecha para nuevas posibilidades sobre las que reconstruir una sociedad autónoma, radicalmente diferente a la que conocemos.
En efecto, más allá de una cierta inquietud ecologista, empeñada en una transición sostenible que nos lleve a una futura sociedad de energías limpias y ciudades radiantes, lo que nos incumbe es analizar de qué manera estos discursos proecológicos ocultan cuestiones de mayor calado, como por ejemplo, de qué modo podemos retomar la presunta crisis energética que se avecina para subvertir el modelo de cultura material y de distribución del poder que hoy delimitan nuestra forma de vida. En suma, la caída de un régimen energético pujante y poderoso como es el de los hidrocarburos ¿encierra alguna posibilidad por mínima que sea de debilitamiento del sistema de dominación?.
Para saber más: ¿Qué podemos esperar del agotamiento del petróleo?. Los amigos de Ludd.
La apuesta por el decrecimiento
2 de mayo de 2008
La apuesta por el decrecimiento.
¿Cómo salir del imaginario dominante?.
Serge Latouche
El término “decrecimiento” suena a desafío o a provocación, aunque seamos conscientes de que un crecimiento infinito es incompatible con un mundo limitado. El objeto de esta obra es demostrar que, aunque un cambio radical es una necesidad absoluta, optar voluntariamente por una sociedad de decrecimiento es una apuesta que vale la pena intentar para evitar un retroceso brutal y dramático.
Se trata de una propuesta necesaria para reabrir el espacio de la inventiva y de la creatividad del imaginario bloqueado por el totalitarismo economicista, desarrollista y adepto al progreso. Es evidente que dicha propuesta no tiene como objetivo una subversión caricaturesca que consistiría en proclamar el decrecimiento por el decrecimiento. Este propósito sólo sería posible en una “sociedad de decrecimiento”, es decir, en el ámbito de un sistema basado en otra lógica.
Y queda lo más difícil: ¿Cómo se puede construir una sociedad sostenible, también en el Sur? Son necesarias diversas etapas: cambiar valores y conceptos, cambiar de estructuras, relocalizar la economía y la vida, revisar nuestros modos de uso de los productos, responder al desafío específico de los países del Sur. Y finalmente, hay que asegurar la transición de nuestra sociedad de crecimiento a la sociedad de decrecimiento mediante las medidas apropiadas.
El decrecimiento es una apuesta política y estará presente, con seguridad, en los futuros debates electorales.
Serge Latouche es licenciado en ciencias políticas, filosofía y ciencias económicas. Profesor emérito de economía de la Universidad Paris-Sud (Orsay), es especialista en relaciones económicas y culturales Norte-Sur y en epistemología de las ciencias sociales. Es también autor de Sobrevivir al desarrollo.
Lo femenino y la resistencia al capital
30 de abril de 2008Vivimos en una época en la que las relaciones mercantiles difundidas por todo el planeta determinan una muchedumbre de excluidos de los intercambios en dinero, muchedumbre, a la cual pertenece una parte cada vez más vasta de la humanidad, por lo que me parece urgente evidenciar el sentido de intercambios personales que no se realizan a través del dinero.
Se trata de hacer visible lo que da, también lo que da al margen del mercado. Hacer esta obra de orden simbólico nos puede permitir pensar en un orden social distinto que nace de lo que ya hay y que ya forma parte de nuestra vida.
Hay una necesidad esencial en el ser humano que es la de dar, participar en las relaciones de intercambio. Quien se siente condicionado a no poder dar nada sufre una miseria tan grave como el que no tiene. Hay una terrible sensación de superfluidad, de exclusión de las relaciones que perjudica a parados, a mayores,y a muchachos. Son más hombres que mujeres, porque el sentido masculino de la propia identidad va ligado sobre todo a la actividad laboral remunerada, externa a la casa. Las mujeres tienen más formas de estar activas y de mantenerse en contacto con los demás.
Además, mientras parece presente en la conducta masculina la presunción de que todo tiene un precio y, por consiguiente, todo es adquirible, las mujeres saben que lo más precioso no se vende, y se arriesgan en relaciones cuya medida no es el dinero. En la diferencia femenina hay una especie de resistencia humana al capital.
Las relaciones familiares, como la amistad, las de amor y las políticas, se basan en una forma de intercambio que la lógica mercantil tiende a negar y a destruir. Y estas relaciones no solamente se pueden mantener, sino que, además, en ellas está la parte mas importante de nuestra vida. Son las relaciones en las que nos damos a nosotras mismas, y en donde las personas cuentan porque son únicas. En estas relaciones se intercambian palabras, atenciones, afectos, emociones, e incluso bienes, como cosas, ayuda y hospitalidad.
Para saber más: Una revolución inesperada. ¿Qué valor tiene el dinero?. Giannina Longobardi.
Decrecimiento es nombre de mujer
28 de abril de 2008Mujeres diferentes instaladas en situaciones culturales y sociales muy distintas, que, sin embargo, están afectadas por uno o más vectores de discriminación que se intersectan y potencian. El imperativo de la pluralidad, pues, su mantenimiento y cultivo debe conjugarse con la solidaridad, que no puede dejar de ser una valor feminista, en el cual el imperativo de la no exclusión manda.
Existe un discurso de la autonomía, la libertad y autoridad sin reconocer que todo lo que se reconoce por tal depende de las relaciones de poder establecidas, porque se tienen poder y recursos uno es libre para elegir y no al revés.
Sólo los hombres, propietarios, blancos, euronorteamericanos, etc., tuvieron poder y pudieron alentar su propia libertad dado que las mujeres se quedaban en casa haciéndose cargo de la necesidad y de las servidumbres de la vida: los trabajadores y esclavos producían recursos para alimentar esa libertad, y las tierras y las gentes de las colonias eran expoliadas.
Uno está donde está no por sus méritos, sino por su posición favorable en las relaciones de poder.
Decrecimiento es nombre de mujer.
Para saber más: Teoría feminista contemporánea. María José Guerra Palmero. 2.001.
El futuro será mujer o no será
23 de abril de 2008Hoy en día se puede afirmar casi sin riesgo de error, puesto que la realidad lo confirma, que estamos viviendo o somos contemporáneas de una sociedad en cambio y, lo que es más, sino que se ha universalizado, aunque en cada país, nación o ámbito geopolítico del planeta adopte una dinámica y una forma características. Estos cambios conllevan forzosamente un conflicto, bien porque no hay cambio sin conflicto, bien porque el conflicto conduce al cambio.
He aquí que cuando el feminismo, para expresarse, toma como prestadas de otros movimientos y áreas de lucha política palabras tales como esclavitud, servidumbre, explotación, alienación, colonización y otras más, puede que nadie se dé cuenta de que en el fondo les pertenecen de raíz, y por una razón en la que nunca se hace suficiente hincapié: todas las situaciones políticas, económicas y sociales que dichas palabras denuncian han llegado a producirse porque había un modelo previo a todas y cada una de ellas sobre el cual alzarlas: el de la dominación de un sexo sobre el otro, embrión a partir del cual, por un proceso evolutivo epigenético, se llegó a cualquier otra forma de dominación, sujeción y explotación humanas, también la del hombre por el hombre.
Toda inferiorización de seres humanos lleva aparejada una tarea de feminización que es llevada a cabo con violencia y que pasa por colocar a los feminizados – esclavos, siervos, obreros, indígenas...- en condiciones iguales o muy semejantes a las de las mujeres con respecto a los demás hombres
El reconocimiento explícito de la sociedad patriarcal permite su estudio y análisis desde todas y cada una de las áreas posibles de conocimiento. Este hecho supone por sí mismo la facultad de superación de la sociedad patriarcal y el desarrollo de una cultura femenina, no en el sentido de que puedan existir dos culturas excluyentes, sino en el de que, al ser la mujer en el patriarcado una 'no-existente', la cultura masculina es la cultura de la opresión, la discriminación y la persecución. Al incorporarse la mujer a la cultura, sus primeros pasos en ella necesariamente son denunciar, describir y analizar el modelo patriarcal a fin de poder superarlo y ello da salida al conflicto, sin la floración del cual no hay cambio posible.
"El futuro será mujer o no será"
Para saber más: Reflexiones feministas. Victoria Sau Sánchez. 2.000.
igualdad versus desigualdad, diferencia versus identidad
21 de abril de 2008En nuestra civilización jerarquizada, los que están arriba -y un hombre siempre está por encima de las mujeres que se le pueden equiparar- son los que han ido construyendo un modelo en el que lo significante, lo valioso, es aquello que se ajusta más fácilmente al esquema viril: la fuerza, la competitividad, la acción, la conquista, la producción ... frente a la paciencia, la solidaridad, el sentimiento, el cuidado o la reproducción.
Cualquiera, mujer o varón, pueden ser una cosa, la otra, o las dos indistintamente. A lo que me refiero es a la valoración que se hace de determinadas funciones, roles, actitudes o aptitudes. Y para calibrar lo que existe y no existe a la medida del paradigma viril no tenemos más que fijarnos en los medios de comunicación: el esquema del triunfador está muy cerca del financiero, del político con éxito, del presentador mediático, del futbolista goleador...
Si definimos el poder mandar, poder hacer y poder ser, como el dominar;existe, no sólo una dominación real de la que las mujeres somos las víctimas, sino también una dominación simbólica que ni siquiera la vemos porque anida en nuestro inconsciente. Existen explotaciones visibles y materiales que son posibles porque previamente existe una dominación tácita y simbólica que consigue hacer pasar por normal lo que es aberrante.
Si lo que postulamos es acabar con una estructura de dominación, y no sólo conseguir que las mujeres seamos iguales a los hombres, la búsqueda de los principios éticos es fundamental. Nuestra política no puede ser únicamente “el arte de lo posible”, sino también de lo “conveniente”. De lo contrario ¿de qué emancipación o liberación estamos hablando ?
Para saber más: ‘¿Qué es el feminismo de la diferencia?’. Victoria Sendón de León.
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