“La moda es la última piel de la civilización”. Paco Rabanne
"La moda no es un arte, pero para dedicarse a ella hay que ser un artista”Yves Saint Laurent
La evolución del sector textil en España
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¿Para quién estás desfilando?
Alejada de su origen cultural, la moda apela al consumo compulsivo.Cinco argumentos para entender adónde conduce la pasarela
MARICEL CHAVARRÍA, LA VANGUARDIA, 5 de septiembre de 2008
Desesperada por llamar la atención y posicionarse en el mercado de las grandes marcas, la moda, efímera y frívola por naturaleza, busca sin resuello epatar, sorprender un poco más cada día con pasarelas convertidas en ocasiones en auténticos happenings artísticos. Su misión: romper tabúes, recrear mundos oníricos y apelar a los deseos que hoy son un billete a la eterna insatisfacción.
El consumo y el motor comercial están en juego.
En una rentreé marcada por un sinfín de pasarelas como la semana de la moda de Tokio, Nueva York, Melbourne, Taipei, en Taiwán, o incluso la feria textil en Ponzan (Polonia), y de manera más cercana, la moda de Valencia o la aún tierna Pasarela 080 que se celebra estos días en Barcelona, La Vanguardia se plantea, entre otras cuestiones, cómo ha cambiado la relación del consumidor con la moda o cómo existe un mercado de productos de lujo o diseño en busca de minorías en un mundo global.
1. El cebo de la pasarela
Convertir a los consumidores en creyentes. Eso es lo que buscan las marcas que proyectan estilos de vida. Lo explica la diseñadora e historiadora Imma Urrea, pionera en introducir la moda en la universidad de Catalunya -codirige dos posgrados en la UPF- y socia de Sofoco Media. "Desde la caída de las ideologías en los años 80, las personas nos aferramos a identidades que a menudo crea la ropa. No compramos productos sino marcas. Mientras, estas luchan por hacerse un hueco pariendo imágenes potentes".
La alta costura, un laboratorio de ideas donde se permiten las mayores excentricidades con tal de vender nombre e imagen, genera discursos, no importa si la gente se idenfitica o se rebela: es el mírame, no me míres, soy como tú, no lo soy, no me importa como voy sino quién soy...
En la carrera hacia la transgresión, los diseñadores John Gallia-no y Tom Ford protagonizaron este principio de siglo un duelo para Dior y Gucci respectivamente, obligados el primero a ser cada vez más loco y el segundo cada vez más sexy. "Es la lucha por estar en las portadas o los noticiarios de la noche. La moda espectáculo vende sueño, locura y modernidad, pero que nunca sale a la venta, porque Dior gana diñero con sus perfumes, bolsos, gafas... La gente escoge gastar menos en ropa pero llevarse el complemento. El logo le pone hasta la locura... claro que la moda es una gran hipócrita, pues las propias marcas se han hecho con el negocio paralelo de copias y falsificaciones y fabrican los caros y los baratos", afirma. La compra compulsiva y la búsqueda incesante de lo nuevo viene hoy alentada por la gran distribución. Zara, por ejemplo, ya no repone cada seis meses sino cada quince días. Incluso las grandes marcas tienen que hacer la colección crucero, el flash, el avance..., mano de santo para el consumo.
2. Trapitos y hotel donde lucirlos
El futuro del diseño y la moda está en captar minorías y ofrecer multiproductos y multiservicios, dice la diseñadora Gloria Jover. Una élite acaudalada, que ya no es relevante en Europa sino en Asia o Latinoamérica, llama a la involución de la democratización de la moda. Las marcas toman nota de la vuelta al lujo y fabrican seríes cortas, pero ya no sirve el sueño francés de los 50. Es un público lejano, heterogéneo. De modo que, comprendida la mentalidad del cliente, habrá que ofrecerle el modelo y el hotel donde lucirlo. El diseñador se atreve con todo tipo de objetos, y se cuece una unión con arquitectos con quien compartir códigos y crear ambientes comunes.
3. Menos sexo y más angustia
La versión tradicional de la moda -que parte de una clave fálica para vestir un cuerpo que responde a un ideal sexual- trae variantes. Diseñar no tiene el mismo sentido en una época en la que el mito de la armonía sexual se ha perdido y el sexo ya no es tabú. "Los modistos ya no aspiran a establecer el canon de la representación femenina, sino más bien a evocar algo de lo que es el ser moderno. En parte, sigue siendo ese ideal pero incluye aspectos relacionados con el sentimiento de vacío y angustia", apunta el psicoanalista José Ramón Ubieto. Muerte, destrucción o abuso, aspectos antes dejados de lado, suben a la pasarela. "El capitalismo hace de todo ello un objeto de consumo que caduca: el empuje a la insatisfacción misma".
4. Culturalizarnos en la moda
La cultura sobre la moda es un bien escaso en España, muy por debajo del nivel de EE.UU., Francia, Gran Bretaña o Italia. Una razón es que no hemos hecho de la moda una fuente de ingresos importante, dice Urrea. "Lo más importante que ha surgido aquí es Indítex, que ya ha superado a Gap como distribuidor, pero los diseñadores españoles no consiguen que se lleve su moda en la calle y los medios relegan la moda a las páginas rosa", advierte la historiadora. Los especialistas echan en falta plataformas de opinión y análisis, más allá de las revistas entregadas a lo visual.
5. El sucedáneo de conexión
"Vivimos un momento de gran velocidad, lo cual no está nada mal, porque hemos llegado tan lejos y somos tan rápidos y radicales que todo aboca a que lleguen nuevos aires, otros valores", asegura Jover. "La moda hoy es vintage, lo recogemos todo y hacemos un pastiche. Es un momento de cambio en el que rompemos dogmas, por eso banalizamos. Pero la juventud creará nuevos valores éticos. La moda no deja de ser arte y provocación en la calle, y hay outsiders que pueden tener posturas interesantes y hacer un producto en profundidad. De momento, lo que hay es una gran crisis ideológica. Se diría que no creemos que vaya a haber futuro. ¿Por eso no invertimos en know how? Vivimos el ahora, pero sin esa conexión espiritual. Y llenamos ese vacío con el sucedáneo de la conexión que es la moda".»
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Guía práctica para un maquillaje perfecto
Para las mujeres es esencial lucir siempre bellas y bien maquilladas. ¿Cómo lograrlo sin tanto esfuerzo? Sigue estos consejos prácticos, harán que luzcas un maquillaje perfecto.
1. Prepara la piel con limpieza, tonificación e hidratación.
2. Usa corrector donde se necesite.
3. Extiende la base con los dedos o una esponja.
4. Aplica una capa de polvos sueltos.
5. Sombrea y delinea los párpados. Pon máscara de pestañas.
6. Peina las cejas. Si es necesario, cubre los huecos con lápiz o sombra.
7. Perfila la boca y rellena los labios.
8. Ruboriza las mejillas con blush.
Consejos fáciles
* El rouge no se fija bien sobre los labios húmedos o con restos de crema.
* Para que los labios se mantengan como recién pintados, empólvalos antes de poner el labial y luego fija el color pasando por la boca un cubito de hielo.
* Unifica el tono de tu pase con tu piel, maquillando el interior visible de las fosas nasales con un cotonete.
* Un blush de tono muy suave sirve para reducir el volumen de una frente ancha y elevar zonas hundidas, como un mentón pequeño.
* Disimula las arrugas con corrector: ponlo en la punta de un pincel y rellénalas. Utiliza el producto con moderación, si usas demasiado las resaltarás.
* En lugar de sombra aplica blush en el pliegue del párpado: da color, brillo y armonía al rostro.
Fuente:
www.feminis.com
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