Fuente: EL PAÍS - Sociedad - 16-10-2008
El Parlamento italiano ha aprobado una moción a su reforma educativa que obligará a los estudiantes inmigrantes a asistir a clases especiales si no consiguen superar unas pruebas de admisión que, presumiblemente, valorarán el conocimiento del idioma y otras capacidades. La propuesta, similar por la segregación a la puesta en marcha de forma experimental en Vic (Cataluña), prohibirá a los inmigrantes incorporarse a clases después del 31 de diciembre para no interferir con el ritmo del resto. La idea, presentada por la Liga Norte se aprobó tras un enconado debate en la Cámara por un estrecho margen, 265 a favor y 246 en contra.
La oposición, los sindicatos y el entorno católico han mostrado su oposición a estas "clases de inserción", que recuerdan al programa de la Generalitat catalana. El líder del Partido Democrático, Walter Veltroni, la ha calificado de "intolerable", y se pregunta: "¿Los italianos habríamos tolerado que nuestros hijos terminaran en clases diferentes cuando éramos inmigrantes?". La revista Familia Cristiana ha tachado la medida de racista, y su director advierte de que "con estas medidas se fabrica el caldo de cultivo para que nazcan episodios de intolerancia y violencia".
El más duro y contundente ha sido el secretario general del sindicato Cgil, Guglielmo Epifani: "Una división tan neta entre niños que hablan italiano y los que no lo hablan correctamente recuerda los aspectos más oscuros del apartheid", dijo.
El ala derecha del partido de Gobierno, el Pueblo de La Libertad, tampoco comparte la idea. La parlamentaria Alessandra Mussolini pidió una reunión urgente con la ministra de Educación, Mariastella Gelmini, y el alcalde de Roma, Gianni Alemanno, una "pausa para reflexionar".
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