La principal causa de fallecimiento es la malnutrición. África sigue llevándose la peor parte
ELPAÍS.com - Madrid - 12/09/2008
Más de nueve millones de niños menores de cinco años perdieron la vida en todo el mundo en 2007, a pesar de que ese año continuó el descenso de la mortalidad infantil, ha informado hoy el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). El año pasado la tasa de mortalidad infantil bajó hasta 68 muertes por 1.000 nacidos vivos, frente a las 93 registradas en 1990, lo que supone una reducción del 27%. En los países industrializados, el índice de mortalidad infantil apenas es de seis muertes por cada 1.000 nacimientos.
Si en 1990 fallecieron en el mundo 12,7 millones de niños con menos de cinco años, la cifra cayó hasta 9,2 millones en 2007. "Desde 1960, la tasa global de mortalidad infantil ha bajado más de un 60% y los datos indican que esa tendencia continúa. Pero todavía queda mucho por hacer", señala la directora ejecutiva de Unicef, Ann M. Veneman, en un comunicado de la organización.
La principal causa de la mortalidad de los menores de cinco años es la malnutrición y un tercio de todos los fallecimientos se deben en parte a ella. Se calcula que en los países en vías de desarrollo hay aún 148 millones de niños y niñas con un peso inferior al normal.
Unicef destaca que algunas naciones han hecho progresos extraordinarios, como Bolivia, Bangladesh, Nepal o Laos, donde se ha reducido la mortalidad infantil en más de un 50% desde 1990. "Estos países están en camino de alcanzar el Objetivo del Milenio de reducir la mortalidad infantil en dos tercios entre 1990 y 2015", indica Unicef.
Una vez más, es en África donde se dan las mayores tasas de mortalidad infantil, y Sierra Leona es el país con más fallecimientos, 262 niños de cada 1.000 que nacen. En cambio, en Eritrea la mortalidad infantil ha descendido un 52% desde 1990.
Unicef atribuye la caída de la mortalidad infantil en muchos países al impulso de la lactancia materna, al empleo de vacunas contra el sarampión, de suplementos de vitamina A, de insecticidas para prevenir la malaria, y a la prevención y el tratamiento del virus del sida.
"A fin de garantizar que estos niños disfruten de la oportunidad de sobrevivir, es necesario multiplicar los esfuerzos por satisfacer las necesidades en materia de alimentación de las mujeres, los lactantes y los niños y niñas", subraya Unicef.
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